por Javier Olmeda Raya
En mi primer año universitario, me tocó hacer un objeto para una clase de historia. Fue mi primera experiencia diseñando y construyendo un objeto real: un asiento para niños. Hubo algo en ese proceso que hizo click en mi cerebro: darle vida a los objetos que me imaginaba a través de dibujos, maquetas y prototipos.
Actualmente, tendemos a tratar el diseño y la construcción como entidades separadas, pero una no puede existir sin la otra. Adoptar una mentalidad dual, es decir, aprender a diseñar y construir, me permitió tener mayor control sobre mi propio trabajo y una gran libertad artística, manifestada en un caleidoscopio de formas que van desde las rectas más simples hasta las más sensuales curvas.
Dibujar y modelar en 3D con la computadora derivó en aprender a dominar la fabricación digital. Programar y operar maquinarias CNC me permitió pasar del plano de la pantalla al plano real. De ahí surgió el nombre y la empresa llamada Constructo, un estudio de diseño y taller de fabricación dedicado a construir muebles, productos o proyectos, utilizando las técnicas y las herramientas de la era actual. Lo análogo y lo digital se complementan para producir belleza y técnica.
Observar, estudiar y describir geométricamente algunos de los fenómenos que encontramos en la naturaleza se ha vuelto una metodología de trabajo muy eficiente. Para cada pieza se construye, digitalmente, un modelo paramétrico desde el que se programan las operaciones de corte digital, a ser ejecutadas con un router CNC. El resto es trabajo manual: mucha lija y mucho amor. Es, literalmente, dejar la piel en cada obra. Eso es lo que le da un aura única y especial.
Duna, un mueble inspirado en los paisajes de arena, fue seleccionado por un comité evaluador para representar a Puerto Rico en la novena edición de la Bienal Iberoamericana de Diseño. Este evento se celebra en Madrid del 8 al 13 de octubre y reúne lo mejor del talento de 23 países de ambos lados del Atlántico. Más allá del orgullo y el reconocimiento, participar en estos eventos internacionales nos abre la mente, promueve la colaboración, fomenta el intercambio de ideas y fortalece las relaciones entre profesionales, empresas e instituciones centradas en el diseño.
