Por Carla Méndez Martí

Amplitud, socialización y naturalidad. De esto trata el gimnasio central de Dorado Beach en Plantation. Desde su conceptualización —por el arquitecto conservacionista Otto Reyes y deKör by Mari Mari— el espacio de este gimnasio pretendió recrear una antigua central azucarera. Esto significó visitar la antigua Central Aguirre en Salinas, que sirvió como inspiración para el proyecto, según nos cuenta Marissa Sein, quien formó parte de este proyecto hace más de una década.

Así pues, inmensas cadenas y otros elementos decorativos alusivos a la industria y la ingeniería puertorriqueña abrazan las decenas de máquinas de ejercicio que abarcan el salón principal del gimnasio. Todo en un orden lineal y paralelo; los socios practican sus rutinas bajo un techo de dos aguas recubierto en madera con vigas expuestas y paredes que simulan ladrillo.

Este sentido terruño e histórico le brinda al visitante un ambiente natural y acogedor para ejercitarse. Sin embargo, elementos modernos, como las paredes de cristal que van de piso a techo, son tendencia y favorecen la conexión con la naturaleza, ícono de Dorado Beach.

Finalmente, la amplitud del gimnasio, con más de 8,000 pies cuadrados, fomenta la socialización y la acción. Aquí, el socio siente que tiene todo el espacio del mundo para moverse entre dumbbells elípticas.


Since its conceptualization by conservation architect Otto Reyes and deKör by Mari Mari, Plantation Fitness and Wellness Center in Dorado Beach has been designed to recreate the feel of an old sugar mill.

Te adentras en este espacio, en la burbujeante mega Santurcina de Ciudadela, y rápidamente tus sentidos se relajan, tu mente se acalla y el enfoque se dirige a ti. El espacio no es simplemente un lugar para practicar yoga o pilates, sino una comunidad viviente de personas que buscan esa interconexión entre cuerpo y mente.

El Estudio invita a la espiritualidad y la meditación, con símbolos icónicos del linaje hindú como el elefante y diferentes estatuas de deidades que anuncian el foco del lugar. El uso de colores tenues, elementos de bambú y cemento expuesto es el gran aliado en este espacio. Igualmente, destaca el flujo curvilíneo de todo. “Yo quería que el espacio fuera todo en curvas para que la energía fluya”, explica Valerie Santiago, propietaria.

Así pues, las escaleras en espiral, la pared que parece una gran ola y la recepción son todos un orbe estético. La luz natural es, a propósito, otro norte de este diseño; por eso, el inmenso cristal que funge como la pared principal del estudio. Tampoco podemos olvidar la acústica y el espacio único de El Estudio. Con un solo salón principal, utilizado para la clase en curso, El Estudio fomenta la desconexión total y el enfoque individual dentro de esta comunidad saludable.


El Estudio invites spirituality and meditation, featuring iconic symbols from the Hindu lineage—such as the elephant and various deity statues—that reflect the space’s core focus.