¿Cómo conseguimos intimidad con nuestros recuerdos y vivencias en nuestras cocinas? ¿Cómo recuperamos la vitalidad y recargamos nuestra energía en nuestros baños?
La Neuroarquitectura, término acuñado por el Dr. Fred Gage, es la ciencia que estudia el comportamiento humano en un entorno construido y nos ayuda a redefinir el concepto de bienestar en cocinas y baños al adquirir un rol crucial para nuestra salud física y mental. Es aquí donde la funcionalidad se encuentra con lo íntimo y los espacios se convierten en especies de laboratorios para explorar cómo se nutre tanto el cuerpo como la mente, utilizando nuestros sentidos del tacto, olfato y oído.
Para crear una atmósfera que promueva serenidad y buenas memorias en las cocinas se combina:
• la disposición de los elementos
• la selección de materiales
• la selección de colores
En los baños, el enfoque se centra en la creación de espacios de relajación y regeneración, muy propicio para este mes de enero que van terminando las fiestas y para comenzar el año con nuevas energías.
Para promover esto se utiliza:
• la selección de materiales nobles
• la selección de equipos que promuevan el bienestar como podrían ser los hidromasajes
• la cromoterapia, método curativo que se centra en el uso del color para lograr esos efectos en el organismo
En ambas áreas, la Neuroarquitectura busca integrar elementos que despierten emociones positivas y promuevan la sensación de bienestar. Desde la disposición ergonómica de los muebles, hasta la incorporación de elementos de la naturaleza, cada detalle está meticulosamente diseñado para nutrir el equilibrio entre mente y cuerpo.
En resumen, la Neuroarquitectura nos invita a concebir las cocinas y baños como espacios, no solo funcionales, sino como santuarios de bienestar que enriquecen la experiencia diaria en nuestro hogar.
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