Por Arq. / Di. Edwina González / E.go
Nuestros espacios activan nuestra energía mental y física. ¿Cómo lo hacen?
La importancia de crear lugares que se integren armoniosamente con el estilo de vida de quienes la habitan debe ser el norte del arquitecto en una obra. No se trata solo de estética, sino de cómo cada elemento influye en nuestro bienestar y comportamiento diario. Esta revista de abril nos invita a pensar sobre el estilo de vida de una persona y su vínculo con su entorno.
En la Neuroarquitectura, cada decisión de diseño está orientada a crear un ambiente que facilite y enriquezca la vida cotidiana, entre estos:
• La disposición del mobiliario, preferiblemente modulares que se adaptan a las necesidades cambiantes de los ocupantes
• La selección de colores
• La selección de materiales y texturas
Un pilar fundamental en la Neuroarquitectura es la conexión con la naturaleza ya que esta promueve una sensación de calma y bienestar. Para esto se busca:
• Maximizar la entrada de luz natural
• La utilización de techos altos
• Mejorar las conexiones espaciales con el entorno exterior
La Neuroarquitectura aplicada al estilo de vida, busca crear entornos que no solo sean visualmente atractivos, sino que también se alineen de manera armónica con las rutinas y preferencias de los usuarios, promoviendo así un estilo de vida donde se eliminen los niveles de estrés y ansiedad de manera equilibrada y saludable.