Un estudio vivo sobre luz, línea y paisaje.
Fotos por E Plus A Atelier


Como editora de Modo de Vida, pocas veces me encuentro con un proyecto que lo diga todo y cuyas imágenes nos roben el aliento. Esta villa privada, diseñada por E Plus A Atelier en las arenas de Palm Jumeirah, en Dubái, logra exactamente eso: dejar sin aliento, no por su escala, sino por su dominio sutil de la forma, la luz y la emoción.
Desde el primer vistazo, uno sabe que está frente a algo excepcional. El proyecto se presenta como un monolito modernista tallado en travertino cálido, con líneas doradas que lo atraviesan como si fueran hilos de sol detenidos en el tiempo. Hay monumentalidad, sí, pero también ligereza. Frente a su fachada, una fuente en voladizo deja caer una lámina de agua sobre una piscina turquesa: un gesto mínimo, casi silencioso, que establece el tono para lo que viene.

Una vez dentro, todo se mueve.
Y no por su grandiosidad —aunque la tiene—, sino por su coreografía espacial. Atrios de triple altura, escaleras que flotan, luz natural que se cuela por tragaluces esculpidos: cada rincón fue pensado como un momento.
El corazón de la residencia es un comedor de doble altura, con aletas de madera que atrapan la luz, y una escultura cinética que parece danzar con el aire. La cocina contigua, en nogal estriado y mármol, se exhibe como parte del paisaje interior. En lugar de muros, un cristal sin marco abre paso a un jardín exuberante y a una piscina infinita, creando una fusión continua entre lo interior y lo exterior.

En lo privado, los espacios se vuelven más íntimos sin perder elegancia: dormitorios envueltos en texturas suaves, baños con bañeras exentas, iluminación indirecta y materiales que invitan al tacto. Incluso los pasillos y aseos sorprenden, convertidos en escenas de diseño.
Y como todo gran proyecto, el paisajismo no es un añadido, sino una extensión natural de la arquitectura. Palmas, baobabs y cactus se integran con jardineras elevadas y zócalos de travertino que expanden la geometría de la casa hacia el exterior, logrando un conjunto visual perfectamente cohesivo.

Dubái puede parecer lejano, incluso inalcanzable, pero deberíamos verlo al revés: es pura inspiración. Un recordatorio de lo que podemos lograr si nos lo proponemos.
Esta no es solo una villa frente al mar. Es una obra viviente. Una expresión de cómo el diseño —cuando se hace con intención, respeto al contexto y un ojo entrenado para la belleza— puede transformar no solo el espacio, sino también la forma en que habitamos el mundo.

This private villa by E Plus A Atelier in Palm Jumeirah, Dubai, captivates not through scale, but through a subtle mastery of form, light, and emotion. Clad in warm travertine, with fluid water features and a dynamic spatial choreography, it evokes both serenity and awe. The seamless integration of interior, exterior, and landscape exemplifies how intentional design can elevate not only a space—but our experience of nature itself.