Arquitecta paisajista y directora creativa de LUCA, Laura Lugo tiene el raro talento de encender la chispa creativa en cada pieza que selecciona. Su humor y curiosidad la convierten en cómplice más que en líder tradicional, tejiendo conexiones entre artistas, artesanos y diseñadores locales. LUCA se ha consolidado como un universo curado por ella, donde los objetos trascienden lo decorativo para convertirse en piezas que inspiran, acompañan y celebran la belleza de lo cotidiano.


Laura, como arquitecta paisajista y directora creativa de LUCA, ¿cómo describirías tu estilo de liderazgo y de qué manera este ha sido clave para guiar las colaboraciones con artistas, artesanos y diseñadores locales?

Mi estilo de liderazgo en el proceso creativo es más de acompañar y preguntar con curiosidad: “¿y si probamos esto?”. Me gusta pensar que soy la que enciende la chispa y dejo que cada colaborador sume su fuego. En vez de imponer, prefiero escuchar y conectar puntos—como armar un mapa invisible de talentos y coincidencias. Para mí la magia está en confiar, explorar y crear desde la complicidad más que desde la jerarquía.



Has desarrollado una visión muy particular para seleccionar piezas únicas. ¿Cómo nace y evoluciona ese ojo de diseño que te permite identificar qué piezas entran a LUCA y cuáles no?

Ese ojo nació de la curiosidad y de incontables horas explorando. Con el tiempo se volvió casi un músculo: entrenado por la arquitectura, afinado por el arte y guiado por la intuición. También se nutre de la gente que me rodea—mi esposo, mis hermanas y cuñados son diseñadores. Sé qué resuena conmigo y, por ende, con LUCA, y cuido mucho ese ADN. En LUCA no se trata de lo que está de moda, sino de lo que me detiene y me provoca un “wow, esto tiene que estar aquí”. Es un ojo que evoluciona escuchando a los diseñadores, a colegas, al equipo joven que me acompaña día a día y, por supuesto, al cliente que entra y dice: “esto soy yo”.

Cuando curas objetos y mobiliario, ¿qué buscas en una pieza? ¿Qué es eso que “te habla” y hace que decidas integrarla a tu espacio creativo y compartirla para la venta con tu público?

Busco honestidad. 

Que la pieza tenga un gesto claro. Puede ser un acabado imperfecto que cuente una historia o un material noble que sé que va a durar. Me habla cuando siento que podría vivir con ella todos los días y no cansarme. Al final, curar para LUCA es compartir ese momento íntimo en el que un objeto deja de ser cosa y se vuelve presencia. Por eso, UNIVERSO LUCA se expande más allá de la tienda: desde nuestra joyería, Field Studies, perfumes inspirados en mis memorias, hasta Rural Magnolia, nuestra casa en Barranquitas concebida para ser compartida y disfrutada por otros. Así, UNIVERSO LUCA es la manera de expandir lo que somos y compartirlo en distintas formas de vida.