Todos hemos presenciado el alza de construcción en la isla, las remodelaciones están por doquier y las planificaciones urbanas en progreso. Aunque hemos visto avances en ciertas áreas importantes de la industria, seguimos con grandes retos que afrontar como la escasez de recursos o mano de obra y la inflación en los costos de los materiales. Sin embargo, esta inyección económica es positiva para todos y les compartimos 5 tendencias positivas que aportan al desarrollo y continuidad de la industria de la construcción. 

 

1. Mayor uso de prefabricados externos. La prefabricación y la modularización han ido ganando popularidad durante muchos años debido a la mejora de la calidad y la eficiencia que ofrecen. Un mayor uso de la prefabricación es un medio rentable de recuperar el tiempo perdido manteniendo los estándares de seguridad. Con estos métodos se han trabajado múltiples proyectos locales como almacenes secos y refrigerados, residencias, plantas farmacéuticas, entre otros, reduciendo el tiempo de construcción y aumentando la eficiencia de las estructuras, y transformándose en un ahorro energético.

 

2. La tecnología y realidad extendida para ayudar a los equipos a colaborar de forma segura. Otro ejemplo de una tendencia establecida que se ha acelerado drásticamente en este es el uso de la realidad mixta y aumentada para permitir que los profesionales de la construcción remotos o socialmente distanciados trabajen juntos de manera más efectiva. Con conexiones Wifi en el campo y diferentes aplicaciones tecnológicas las comunicaciones han sido clave para colaborar de manera efectiva el manejo de proyectos.

 

3. Aumento en reutilización de estructuras existentes. Si bien siempre ha habido cierto interés en la renovación de edificios para un nuevo uso, la pandemia ha creado un gran aumento en la necesidad de adaptarlos a la situación de cada comercio o empresa, descubriendo que el trabajo remoto es factible y atractivo. Como resultado, muchas empresas están planificando sus espacios para uso híbrido, presencial y remoto. Además, muchos edificios requerirán modificaciones para brindar una mejor protección contra posibles crisis de salud futuras, incluidos los sistemas HVAC que pueden filtrar virus y planos de planta que respaldan fácilmente el distanciamiento social. 

 

4. Mayor atención a la construcción eco-amigable. En Puerto Rico vamos progresando con las prácticas y materiales de construcción ecológicos que han sido durante mucho tiempo una tendencia mundial.  Ahora más que nunca, la construcción y el diseño se concentran principalmente en la relación entre la calidad del aire interior y la forma en que el diseño del edificio afecta la salud de los ocupantes.

 

5. Desarrollo de un Puerto Rico inteligente.  Últimamente se habla mucho sobre ciudades inteligentes o “smart cities” pero, ¿sabemos qué son exactamente? En general, se entiende que son ciudades que, mediante el uso de la tecnología, proporcionan servicios tradicionales y resuelven cuestiones urbanas, que facilitan la movilidad y dan voz a los ciudadanos. Ejemplos de ciudades inteligentes en nuestra isla comienzan por Carolina. El Departamento de Planificación aspira hacer del Municipio Autónomo de Carolina, una ciudad funcional, amigable, placentera y habitable, a través de un proceso de planificación racional que permita un balance adecuado entre el desarrollo inteligente de los aspectos económicos, sociales, urbanos y la conservación de nuestros recursos naturales para las generaciones presentes y futuras de los carolinenses; y que sientan el orgullo de vivir en la Ciudad de Gigantes. Esto sería genial, si habilitáramos en todos los pueblos faroles solares, WiFi público gratuito y un sistema de seguridad inteligente que incluye instalación de cámaras para la seguridad. Además, Roberto Ponce y Sergio Cercós, cofundadores de la empresa Smart Living Projects en Puerto Rico han propuesto programas localmente.