Entre el vaivén de las olas es un relato personal y reflexivo de Javier Olmeda Raya, un artista y diseñador, dueño y director de Constructo, cuya vida ha estado profundamente marcada por el diseño de muebles. En este Memento Mobĭlis, Olmeda nos comparte sus pensamientos sobre la dualidad entre el caos creativo y la disciplina técnica, dos fuerzas que han guiado su trayectoria profesional.

Relatos de una vida dedicada al mueble
Por: Javier Olmeda Raya
Ser artista requiere de un constante balance entre la intuición y la incertidumbre. La creatividad necesita de ambas para lograr objetos de belleza que transmitan emociones con las que nos podamos identificar. La intuición, esa sensación de saber sin saber por qué, es crucial para desbloquear lo que la incertidumbre nos obstaculiza. Este estado incierto suele asociarse al caos, a los estereotipos del artista: creativo, desorganizado e incomprendido.
Sin embargo, ser diseñador es un pulso entre el rigor técnico y la obsesión por alcanzar la máxima eficiencia, ya sea en medios, materiales, métodos o responsabilidad social, inherente a las profesiones de ingeniería y arquitectura, más colectivas que individuales. He forjado mi carrera caminando entre estos dos mundos: el caos creativo y el orden riguroso. Soñar despierto, informarse y procesar esa información para transformarla en una pieza se han vuelto herramientas indispensables.
Ambos mundos no deben ser excluyentes. Se puede ser creativo y organizado al mismo tiempo, o al menos alternar entre uno y otro. Recientemente, mientras buscaba un archivo, encontré una pieza diseñada en 2018 que fue rechazada por el cliente. Con cada rechazo vienen dudas, y vuelve la incertidumbre. Pero redescubrir un diseño viejo trae alegrías. Wave, una mesa de comedor inspirada en el movimiento de las olas, tiene una belleza indescriptible que antes no vi, pero que ahora, gracias al tiempo, puedo apreciar. A veces, necesitamos crecer y volver a mirar para admirar lo que hemos creado.

Being an artist involves balancing intuition and uncertainty to create emotional beauty, while being a designer requires a mix of technical rigor and efficiency. Both worlds—creative chaos and structured order—can coexist. Rediscovering past designs, like the Wave dining table, highlights the importance of perspective and growth in appreciating one's work. — Javier Olmeda Raya / Constructo
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