Esas eran algunas de las cualidades espaciales solicitadas por una joven pareja profesional al diseñador Gabriel Enrique Jiménez, cuando se dieron a la tarea de rediseñar y transformar totalmente su residencia situada en la urbanización Los Paseos, en San Juan, Puerto Rico.
Conservando elementos estructurales básicos de la residencia principal, y eliminando componentes arquitectónicos que correspondían a otros estilos y épocas, se desarrolló un nuevo concepto de diseño que integrase áreas interiores y exteriores, consolidara de forma integral estructuras nuevas y existentes, y generara un aire de paz y relajación único, al cual los clientes se pudieran retirar del día a día. Un oasis en su propio hogar, que en tiempos de pandemia sería el centro de toda actividad.
Una gran terraza, extensos aleros y voladizos, jardineras flotantes, y pavimentos elongados entrelazados con elementos de un diseño paisajista concebido por el mismo diseñador, fueron algunos de los componentes de diseño que lograron alterar por completo el lenguaje de la residencia, y darle un carácter moderno y minimalista que respondiese al contexto de la isla.
Dichos elementos no solo lograron maximizar la dimensión proyectada y percibida de la estructura, sino que también permitieron enmarcar, como si fuese una pintura, la vista hacia el contexto natural adyacente a la propiedad, y un elemento particular que altera totalmente la atmósfera del espacio y estimula todos los sentidos de quien ocupe el lugar: un espejo de agua y piscina con drenaje perimetral.
El elemento de agua, en instancias se encuentra inerte, y sólo refleja el cielo, la vegetación, la estructura y todo aquello que se encuentran en el entorno, dando una sensación única de profundidad. En otras instancias la piscina actúa como fuente, al empezar a descargar agua a vuelta redonda, y crear un sonido que junto al de la fauna y vecindad rural hacen que todo usuario se pueda desconectar y aislar de todo a su alrededor.
Se buscó crear un espacio armonioso, donde la materialidad fría y moderna lograse coexistir con aquella más cálida y tropical asociada al trópico. Los elementos masivos de la construcción se balancearon con otros de carácter más sutil o ligero, cómo elementos suspendidos, acentuados por iluminación indirecta en búsqueda de una composición y espacio balanceado.
Piedras naturales cómo el granito flameado y mármol travertino, fueron parte de los materiales cálidos utilizados para dar terminación a la piscina y pavimentos exteriores. Estos, junto a la vegetación, detalles en madera, e iluminación seleccionados, dieron la calidez necesaria para contrarrestar el concreto blanco que define el carácter monocromático de la estructura principal, sutilmente contrarrestado por cristalería de gran tamaño y marcos negros que brinda una conexión visual entre el patio y cada espacio interior de la propiedad.
Una barra de carácter minimalista, áreas para estar y sentarse tanto bajo techo como al aire libre, un patio lateral completamente despejado, y el “shallow pool” con sus “chaise lounges”, conciben el espacio del patio, terraza y piscina, como uno dinámico que podrá ser utilizado de distintas maneras, y proyectar una imagen o estilo que trascienda bien en el tiempo sin pasar de moda, debido a su pragmatismo y elegancia.