No es casualidad que la Generación Z investigue a fondo antes de tomar una decisión de compra. A diferencia de generaciones anteriores, esta prioriza que los productos sean socialmente responsables: ecológicos, sostenibles, cruelty-free, elaborados a partir de materiales reciclados o adquiridos de segunda mano.

Capturado por British Vogue por Enok Holsegard

Para ellos, los valores de las marcas son tan importantes como el diseño.

Quieren saber cuáles son sus prácticas corporativas, quién está detrás y qué historia cuentan. Y no solo buscan inspiración en libros, revistas o redes sociales, sino que también es común que apuesten por diseñadores emergentes que compartan su visión.

En la decoración, este espíritu se traduce en un estilo híbrido y sin etiquetas. No siguen un único trend, gama de colores o estética, sino que combinan piezas y materiales que reflejan su identidad. El objetivo es claro: diferenciarse y expresar lo que los hace únicos, usando los recursos que tienen a mano.

La funcionalidad también es clave.

Como generación que ha crecido con el trabajo remoto y el freelance, priorizan muebles ergonómicos y versátiles que les permitan moverse entre reuniones virtuales, momentos de estudio y espacios para socializar.

El Individualismo Consciente, estilo que conquista a la Generación Z, es, en esencia, un look que mezcla autenticidad y conciencia social. Es un hogar que habla de quien lo habita, pero también del mundo en el que cree.