Hay algo mágico en una mesa bien puesta. Es donde se reúne la gente que amamos, donde compartimos historias, risas y una buena copa de vino o burbujas. Por eso, para esta celebración de Acción de Gracias, Modo de Vida te invita a redescubrir el arte de diseñar tu tablescape, ese pequeño escenario donde se refleja tu estilo, tu historia y tu hospitalidad.
Es momento de sacar la vajilla de tu boda, las copas de tu abuelita… o darte el gusto de invertir en una nueva que hable de quién eres hoy. Diseñar una mesa es un acto de amor y de intención, y, como todo buen diseño, comienza con un plan.

Paso 1
Todo inicia con una pieza de inspiración: puede ser un jarrón, un color, una textura o incluso una obra de arte. A partir de ahí, define tu mesa: ¿redonda o rectangular? ¿Madera o cristal? En esta ocasión, pensamos en algo formal —porque Puerto Rico merece volver a disfrutar de las cenas elegantes—, pero con un aire relajado y contemporáneo.
Paso 2
La base puede ser un mantel, un runner o individuales de tela. Añade capas: es el secreto para lograr profundidad y armonía.
Paso 3
Los textiles son el alma del tablescape. Juega con texturas, colores y patrones. Un buen lino puede transformar por completo la mesa.
Paso 4
Las sillas importan. Deben complementar el diseño, no competir con él.
Paso 5
El centro de mesa define la atmósfera. Ajusta su tamaño a la forma de tu mesa y deja espacio para los platos y copas.
Paso 6
La servilleta puede ser tu toque de estilo. Si tienes dudas, un doblez plano clásico nunca falla.
Paso 7
Coloca los elementos siguiendo la etiqueta básica: plato al centro, cubiertos alineados y la copa de agua arriba a la derecha.
Finalmente, añade detalles personales —una ramita de romero, una flor fresca o un menú personalizado— y deja que tu mesa hable por ti.
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